lunes, 28 de febrero de 2011

NO SOMOS INVENCIBLES


Nijar 27 de Febrero de 2010
Poco a poco, los deportistas de Almería encuentran pruebas que se amoldan a sus características y gustos. En nuestro caso, carreras populares y bicicleta de montaña configuran un divertido calendario. Un paso más dimos ayer en Níjar. Una tal, eternal running, se presentaba alimentando nuestra curiosidad y ganas de pasarlo bien. El cebo es ‘ser invencible’, pero sobre todo, las pruebas u obstáculos que nos recordaban mas al grandioso humor amarillo que a una jornada deportiva.
Ser invencible… que gracioso. No puede ser bueno ser invencible. No existirían el esfuerzo, la ilusión ni la entrega si sabes de antemano que no puedes perder.
Y lo sabemos nosotros que más de una vez hemos hincado la rodilla en tierra, aumentando el coraje para volver a levantarla.
Mira que tenemos aventuras, golpes, retos … sólo sobrevivir al gepese de Kiko puede parecerse a ser invencible.



La prueba fue capaz de convocar a 1500 personas muchas de ellas de distintos puntos de España, todos con ganas de cachondeo. Algunos se disfrazaban y todos reíamos. Ninguno sospechaba que la carrera iba a ser más dura de lo que ‘normalmente’ son en el circuito nacional.
Los dondebikers vamos todos. Carlitos se curra un disfraz de braveheart y Apo y Tete se apuntan a luchar por la libertad, jeje.
Sólo Kiko y Carlos están acostumbrados a correr, los demás están entrando poco a poco en el running. Hoy mas que nunca… LLEGAREMOS TARDE… PERO LLEGAREMOS.

El comienzo es caótico. Los obstáculos aparecen demasiado pronto y no son capaces de acoger a todos los participantes, con lo que perdimos media hora en recorrer apenas un kilómetro. A partir de ahí, el protagonismo lo asume la montaña.
De uno en uno y casi andando, se trepa sin descanso hasta una pista que permite empezar a correr. Kiko y Diego se adelantan. Carlos y Pobla vienen detrás. Caco, Javi, Avalos, Apo y Tete recorren mas tranquilos el camino.
La llegada a la caldera es terrorífica. El goteo de corredores sacando la lengua se hace interminable. Como una hilera de hormigas, los participantes se afanan por avanzar, a veces monte a través, maldiciendo el camino.
Pero lo realmente terrorífico fue alcanzar la cima de esa caldera… los cuádriceps quemaban y los esguinces no estaban en los tobillos, sino en el pulmón.
Desde arriba solo se podía bajar, pero a través del monte. Cualquier carrera popular sería un paseo al lado de esto. Uff… Kiko lleva buen ritmo y Diego hace la goma. Carlitos se aleja de Pobla y los demás vienen de uno en uno.
A pesar de todo el esfuerzo, el recorrido es espectacular. Giros, terraplenes, ramblas y más pendientes la hacen divertida. ¿Habrá sorpresa al final?
Pues si. Otra vez a la piscina municipal (el agua helada y verde), y otra vez al barro de los obstáculos y a subir el camión de paja. Otra vez a arrastrarse por las alambradas y al fin, el fin.

¿Invencibles? No. Si así fuera no nos sentiríamos orgullosos de todas nuestras aventuras; no nos sentiríamos orgullosos de Diego, Kiko, Carlos, Pobla, Apo, Caco, Avalos, Javi y Tete que reían al entrar en meta. No hacemos caso de aduladores ni confiamos en vencedores. Sólo el sacrificio te coloca donde mereces.

lunes, 21 de febrero de 2011

TORMENTA DEL DESIERTO

20 febrero 2011
Rodábamos tranquilos, protegidos por las altas paredes que forman un bonito desfiladero. Al mismo tiempo nos sentíamos observados. En cualquier momento un grupo de sioux nos asaltarían gritando y con pinturas de guerra; una banda de mexicanos nos tendería una emboscada o el séptimo de caballería aparecería haciendo mucho ruido sin que nadie le hubiera llamado… así es el desierto de Almería.
No nos equivocamos si decimos que esta ruta es una de las más bonitas que se pueden hacer por Almería. El paisaje que se ve desde la carretera se hace aun más grande si estás dentro de él. Y por supuesto aun más bonito.
Teníamos previsto circular por lo que fue un intento de carretera hasta Granada, pero unos perritos hicieron que desecháramos la idea. Directamente a la rambla de Santa Fe.
Sólo somos dos, Kiko y Franci Poblador. Este tramo lo hacemos a un buen ritmo y luchando contra el viento. A nuestro lado la vía del tren nos acompaña fielmente. Unas veces desaparece y otras nos invita a unirnos a ella.

Atentos vamos del gepese que nos guía a las entrañas del desierto. Antes de que aparecieran los sioux, nos topamos con un poblado en ruinas de antiguos trabajadores de RENFE. La Fuentesanta se llama el lugar. Allí, sin bolso de piel marrón, pero con botas de calas y maillot de domingo, nos sentamos en el andén, atentos al primer tren, comiendo un bocadillo.

No esperábamos a nadie, solo pretendíamos conseguir que aquel lugar cobrara un poco de vida, aunque solo fuera un segundo. La vida que no hace mucho seguro que tenía. El segundo que dura el pitido de saludo del tren.
Y aparecieron los indios. ¿¡Dónde está el camino!? Por aquí… por allí. Otra vez el gepese nos aturde. La verdad es que la salida de la estación no está señalizada, jajaja.
Cogemos un camino alternativo, paralelo al real. Justo hacia la emboscada de la banda mexicana. En esos momentos en vez de ser John Wayne en alguna de sus aventuras, parecíamos Fernando Esteso en ‘Al este del Oeste’. No nos quedan muchas alternativas y rápidamente hay que decidir. Tenemos que volver al camino real y es…. POR ALLI.
Si llega a estar Avalos, hubiese empezado a maldecir el día en el que apareció ese aparato y al calimochoman que lo lee. ¡Qué eso es una montaña!.
Kiko se moría de risa y Franci callaba por respeto. Bici al hombro hicimos un tramo que resultaba DIFICIL incluso sin lastre.

Arriba no estaba el camino, pero sí era una zona que permitía ir en bici.
Nunca estuvimos tan seguros de hacer lo incorrecto; allí que no había nada que seguir, ni referencias, caímos en la divertida locura de Bigote Arrocet. Kiko seguía riendo y Franci se rendía y reía. Irremediablemente, perderse es lo cotidiano.
No hizo falta el séptimo de caballería. Como los jinetes del poney expres, saltamos a la ruta marcada y nos lanzamos en un rodar precioso por senderos acantilados, trazadas entre valles, descensos frenéticos y equilibrios rocosos. FANTASTICO.


Dando rienda suelta a nuestras monturas cabalgamos en busca de alguna diligencia que nos llevara de vuelta a casa. Con alegría por lo vivido mirábamos atrás. En el paisaje cada vez más amplio y lejano aun se divisaban los sombreros anchos sobre grandes bigotes y cinturones de balas; las plumas y pinturas de guerra. El viento nos acercaba el sonido de gritos y disparos. Volveremos. Allí que tampoco es la vida real, allí que no es un infierno.
Las puertas de saloon se abrieron ante el empuje de dos forasteros. Tenemos la garganta seca camarero. Sin prisa pero sin pausa un fresco tubo de cerveza se desliza por sus gargantas. PUM, sírvanos otro. Mientas, secamos la boca con la manga del maillot.
Creo que nos hemos metido demasiado en el papel, jajaja.

lunes, 14 de febrero de 2011

EL TIEMPO DE LAS BICICLETAS

Es momento de ir, volviendo poco a poco. El tiempo de las bicicletas se cansa de esperarnos. No nos apetecía salir, escribir… hay otras formas de huir. Dejar la bici fue de locos y locos estamos por volver a cogerla.
Kiko propone una ruta de exploración, pero nadie se fía de su capacidad para calcular kilómetros y tiempos de paso. Así que él solo se marcha sin pensar en la vuelta y bien provisto de bocadillos, pastelitos y agua.
Las rutas en bici son como una caja de bombones… nunca sabes lo que te va a tocar pasar. Mucho tiempo lleva el perro destino esperándonos por esos montes de Almería que cuando vio aparecer a Kiko empezó a frotarse las manos, ‘a éste le van a caer todas las de los últimos meses’. Y bien que le cayeron.
La zona de piedras del camino de Enix le invitó a tumbarse un par de veces y aprovechó la ocasión para levantarle el bote de agua. Empieza bien.
La zona de exploración le deparó barro hasta los ojos, un par de colmenas, descensos delicados y una rampa de 200 metros con la bici al hombro. Lo bueno es que ya conocemos un camino que ofrece muchas variantes a un día por Enix.
Tras el bocadillo sigue la marcha. La ruta comienza a hacerse larga y ya no le apetece seguir explorando. Y de vuelta a casa lo que faltaba… pinchazo.
No ha estado mal el día aunque faltaban magentas entre los pinos. A pesar de todo ha disfrutado sobre la bici.
Y para completar el finde, Avalos y Kiko salen el domingo de ruta con Indalopol. Algo corto pero intenso.
La ruta hacia los baños de Sierra Alhamilla atraviesa ramblas, plameras y la nada. Todo para llegar a los 200 metros de máxima intensidad tras los cuales, cómo no, están los compañeros de ALMERIAMTB disfrutando de su desayuno globero. ¡Un placer veros amigos!
La segunda parte de la ruta vuelve a ser aventurera. Hacia el oeste deberíamos encontrarnos con una cementera y salir al Marraque. Correcto, pero el camino está muy trabado. Por momentos se hace divertido, pero seamos realistas, no hemos venido a jugarnos el tipo.
Dos horas de mucha intensidad y buena compañía es una excelente manera de acabar la ruta. ¿Acabar?, ¿no veis el viento en contra? Que ‘jodido cabrón’ el destino que hasta el final nos guarda penurias.
Ha sido un placer volver a encontrarnos con todos ustedes. Unos servidores, los dondebike y siempre, la bici, un momento único.

ANEXO I. Carlitos participó en la carrera de Sierra Cabrera en Turre. Parece ser que es durilla.