jueves, 19 de abril de 2012

ICAN62

MARBELLA 15 abril 2012
Y por fin sale el sol. Creo que a todos nos iluminó la sonrisa y nos dio un poco de cálida calma. Los malos augurios y un sábado horrendo se quedaron en un poco de viento molesto. Los GIGANTES del half ya están desfilando a 450 metros de nosotros. Es un lujo y un placer admirarles.
Todo había sido tan bonito y divertido la temporada anterior que estaba deseando que llegara este día. La mejor marca personal en media maratón de Almería, los fantásticos 5000 y mejor T2 en duatlón me inspiran confianza. Me gusto cada vez más sobre la bicicleta y nadar, como dicen los que saben… con paciencia. Sigo aprendiendo.
El olímpico de Valencia me dejó muy buen sabor de boca, pero hace falta un giro de tuerca más. Si aumentamos la natación y quitamos drafting aparece Marbella ICAN62.
Tengo pesadillas, sueño que me ahogo, los 1900 metros me imponen mucho. Sí, ya lo se, paciencia. Pero no os podéis imaginar lo fría que estaba el agua. Nunca había tenido esa sensación de perder el control, de sentir que se me escapa el presente. He de reconocer que me planteé el abandono. Miro hacia atrás y nadie sale del agua… joder.
No puedo respirar y tengo que nadar con la cabeza fuera, como cuando era un niño, y se que así no puedo seguir. Meto la cabeza en el agua y respiro cada dos brazadas. Más que respirar lo que hago es calmar ansiedad. Los compañeros de alrededor me tranquilizan. Verlos cerca es un alivio. Nunca creí que me alegraría de los manotazos, jajaja. ¡Cada tres brazadas! Ay, que mal lo he pasado. Empiezo a coger ritmo y la primera boya está cerquita.
¿Que pasa ahora? Levantar la cabeza no sirve para ver la segunda boya por culpa de las olas que vienen de frente. Confío en el grupito de delante pero no puedo mirar mucho que ya me he tragado dos sardinas. Empiezo a ilusionarme con la idea de salir de aquel infierno helado cuando, en el último giro, la resaca me saca hacia fuera. Por más que nado estoy en el mismo sitio. Tomo la decisión de avanzar en diagonal y consigo tomar tierra.
Tengo mucho frío. Camino hasta la alfombra. No voy bien; no me siento los dedos de las manos. Comienzo a correr. El tiempo que estoy perdiendo pasa a un segundo plano. Las manos siguen heladas, he subido de milagro la cremallera del cortavientos y no tengo fuerzas para empujar la maneta del cambio. Nunca olvidaré mis primeros 1900m.
La experiencia me dice que la bici me ha de salir mejor. Pelear con tu pellejo es muy distinto, cada segundo y cada metro te lo tienes que ganar. La subida a Ojen no es muy dura y la hago a ritmo alegre. Después los tiempos harán que me plantee lo que significa para mi ritmo alegre. Lo paso mal con el viento en contra y comienzo a notar que me faltan fuerzas. Como y bebo, pero algo está pasando.
Dejo la bici dispuesto a correr como un loco, pero he de pasar primero por el WC.
Sin control ni referencias, me adapto a un ritmo cómodo que me permita no pasar apuros tempranos. Si el chip no engaña, 4:30. Al girar el faro un aficionado me grita ‘vamos, vamos’… de aficionado nada, que es Eneko Llanos. Pero vuelvo a notar la falta de fuerzas. No me siento tan cansado como las piernas me gritan y la lesión del sóleo está deseando unirse a la fiesta.
Mantengo ese ritmo hasta el km 6. Varios intentos de forzar acaban con mis ánimos sin ser capaz de exprimir mis pulmones.
En ese momento pienso en los GIGANTES del half. Si antes los admiraba ahora son ídolos. Es un orgullo querer parecerme, aunque sea un poquito a ellos.
Encaro una preciosa recta de meta e intento disfrutar del momento. Todo ha sido tan mágico como recordaba pero se me ha quedado dentro un pellizco… y no se muy bien por qué.
Tiempo-->3:38:21
Natación-> 48:22- Percentil 75 -Decepcionante.
Bicicleta-> 1:47:52- Percentil 57- Mejorable.
Carrera-> 47:49 – Percentil 42 – Me plantea muchas dudas

Los triatlones CON drafting son divertidísimos, pero disfrazan tu realidad como triatleta.
A pesar de todo, ha sido un auténtico placer formar parte de este espectáculo, fantasía, teatro e ilusión.