
Pero la expedicion nocturna al puntal estaba completada por tres mastrikais (guille, alejandro y champo) que tambien lamentaban bajas de última hora.
La subida es conocida, pero de noche es dificil de reconocer. ¿Desde cuando está aquí esta rampa? Y es que no se ven venir; ni las rampas, ni los baches, ni lo accidentado del terreno. Y comentando la carrera mastrinkais de septiembre, sintiendo la tremenda humedad reinante y echando en falta algún sonido extraño de animales o cualquier otra cosa... llegamos arriba donde repusimos fuerzas.
La bajada fue otra aventura. La luz de Kiko se apagaba en cada bache o movimiento brusco, y a punto estuvo de costarle un disgusto. Pero con la calma y sabiduria que requería el momento llegamos a los coches.

Ni jabalis, ni lobos ni jincapuntales... Una experiencia bonita que sin duda nos dejó con ganas de más. Ya avisa Guille, la próxima hasta colativí.

Excelente trabajo de champo con su cámara de fotos.
haremos otra con los ausentes en esta ocasion.
ResponderEliminarId mirando fechas para subir tambien de noche a la polarda y dormir alli.
Buena ruta. La próxima iré!
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