EL HOMBRE DEL MAPA

1 marzo 2010
Son tantas las cosas que tenemos que comentar de la ruta del lunes festivo, que las ideas se agolpan y se atropellan deseando salir a recrearse. Una ruta corta en el espacio, pero no en el tiempo. Una ruta exigente por su dureza a la que respondemos con un generoso esfuerzo. Una ruta meticulosamente planeada que deparó multitud de sorpresas. Una vez más, FASCINANTE.
Caco reaparece con nerviosismo. Demasiado tiempo sin bici hace que casi no haya podido dormir esa noche. Junto a Kiko, Javi y Pobla esperan a ese colega que tiene un mapa… CARLITOS.
Y es que este pequeño personaje es el protagonista de esta ruta. Deseaba una aventura especial y se puso a explorar en solitario su particular ‘carta esférica’ que le muestra caminos, sendas y pistas de la sierra nevada almeriense: ‘Chicos, nos vamos a Ohanes’.
Por una vez la furgondebike no era una discoteca rodante. Carlos intentaba explicar la ruta que había preparado buscando La Polarda, siguiendo al Buitre y de regreso a Ohanes. Un mapa, un simple mapa iba a darnos todos esos regalos… evidentemente nos perdimos, jajaajajajaja.
‘Tranquilos que saco el mapa’… un dondebiker se siente como en su casa en cualquier escenario de la provincia. En aquel lugar que llaman lejos, alli se podrá perder: donde se juntan un siglo y un segundo y hay sendas que bikear.
En 20 kilómetros salvamos 1000 metros de altitud. Tranquilamente repusimos fuerzas, repasamos el mapita y gastamos alguna broma. El trayecto nos había ido mostrando distintos paisajes fácilmente reconocibles por todos: al norte calar alto y la famosa tetica, a nuestras espaldas quedaba sierra alhamilla con su coloso puntal y cabo de gata tranquilamente alejada. También nuevo mundo se asomaba para ver nuestro rodar. Pero nuestra atención debe centrarse ahora en el elemento que se incorpora a la aventura, ¡la nieve!
30 centímetros que IMPEDIAN circular con la bici e invitaban a lanzarse sobre ella. Hasta que no apareció el sol de la cara sur estuvimos andando, después a rodar que ya llegamos al alto. Bueno ya no, que falta machacarnos las piernas con una rampa descomunal que da acceso al vivac de la polarda.
Una vez allí decidimos llegar a lo más alto, a la cima. La majestuosidad de una cumbre se hace presente al contemplar tan diferentes paisajes alrededor. Carlitos tio, esta ruta está teniendo de todo… ¡y mucho!.
La nieve nos impidió alcanzar el buitre (queda pendiente) y decidimos continuar por otra pista que desemboca en Ohanes. ‘Esta zona está llena de posibilidades, hay que explotarla más’, pensábamos todos. El descenso fue vertiginoso, los derrapes mas que necesarios eran obligatorios. Caco dejó la marca de sus ruedas justo en el borde del camino. Pero… ¿y Carlos?
Una sombra intermitente entre los arbustos, marcas sobre la pista y gritos alocados dejan claro que el fugitivo de siempre esta disfrutando con el descenso. Y todavía falta la última sorpresa del día… UNA SENDA. Los del uno uno no se lo pensarían, y Carlos tampoco. Donde los demás ponemos especial cuidado, él pasa por encima riéndose. Las magulladuras no van a empañar la diversión de este tramo.
Esta vez llegar tarde tuvo graves consecuencias. Una única cerveza calmó nuestra sed, jaja.
Excelente ruta. Ya lo dice Caco:’Lo que mas me gusta de las rutas es lo bien que duermo despues’